Me despedí de ella… pero descubrí un secreto que podría destruir mi matrimonio para siempre.

Me despedí de ella… pero descubrí un secreto que podría destruir mi matrimonio para siempre.

“Perdóname, no quise asustarte,” dijo con voz temblorosa.

Asentí mientras secaba mis lágrimas.
“Es inútil… ¿Vienes a visitar a alguien?”

Ella guardó silencio un momento, miró a otra tumba y respondió:
“Vine a visitar a mi hermana. Ella murió en un accidente de tráfico… hace cuatro años.”

Mi corazón se detuvo. Leí la lápida:
Gabriela Ramírez – 1992-2019.
Exactamente la misma fecha de la muerte de Mariana.

“Tu hermana… murió el mismo día que mi esposa.”

Ella abrió los ojos, sorprendida, y me miró fijamente:
“¿Tu esposa también murió ese día?”

Asentí y le conté lo que pasó.
Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando colocó un ramo de lirios blancos en la tumba de su hermana.

“Ese día, Gabriela viajaba con una amiga… No pensé que sería su último viaje. Me dijo, llorando.”

El silencio del cementerio nos envolvió. Sentí una conexión extraña, como si el dolor de dos extraños se hubiera encontrado por casualidad.

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