Este pastel de mantequilla de vainilla con salsa de suero de leche logra el equilibrio perfecto entre dulce y ácido, con una textura que se derrite en la boca. Es un postre nostálgico, fácil de preparar, pero que seguro impresionará a tu familia y amigos.
Así que adelante, ¡hornéalo, rocíalo y saborea la mejor experiencia de postre!
Para conservar tu clásico pastel de mantequilla de vainilla con salsa de suero de leche, aquí tienes algunos consejos:
Enfriar completamente: Asegúrate de dejar que el pastel se enfríe completamente en el molde antes de transferirlo a una rejilla.
Envolver bien: Una vez que esté frío, envuelve el pastel firmemente en film transparente o papel aluminio para mantenerlo fresco y evitar que se seque.
Temperatura ambiente o refrigerado: Puedes guardar el pastel envuelto a temperatura ambiente hasta por 2 días. Si quieres conservarlo por más tiempo, refrigéralo hasta por una semana.
Congelación: Si quieres guardarlo por un período prolongado, puedes congelarlo. Simplemente envuélvelo bien en film transparente y luego en papel aluminio. Puede durar unos 3 meses en el congelador. Cuando estés listo para disfrutarlo, descongélalo en el refrigerador.
Para la salsa de suero de leche, guárdala en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por una semana. Puedes recalentarla suavemente en la estufa o en el microondas antes de servir. ¡Disfruta de tu delicioso pastel!